La muerte se puso una cara de monstruouna cara de monstruo horribleesperó y esperó detrás de la esquinasalió al fin de la sombra como un trozo de sombray el niño huyó más rápido que su propio alarido.
Entonces la muerte se puso otra cara
una vieja cara de mendigo
esperó y esperó enfrente de la iglesia
extendiendo la mano y gimiendo su pena
y el niño no supo qué hacer con su piedad.
Entonces la muerte se puso otra cara
una cara de mujer hermosa
esperó y esperó con los brazos abiertos
tan maternal tan fiel tan persuasiva
que el niño quedó inmóvil de susto o de ternura.
Entonces la muerte sacó su última cara
una cara de juguete inocente
esperó y esperó tranquila en la bohardilla
tan quieta tan trivial tan seductora
que el niño le dio cuerda con una sola mano.
Entonces la muerte se animó despacito
más traidora que nunca y le cortó las venas
y le pinchó los ojos y le quitó el aliento
y era lo único que podía esperarse
porque con la muerte no se juega.
2 comentarios:
que buen poema...Benedetti era grande
feliz ESTOY CON ESTO TAN BONITO QUE ME DELEITA LEER GRACIAS MIL.
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