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sábado, 4 de diciembre de 2010

Claroscuros en el periodismo

11:28 p. m.  lapolakadelnopal  No comments


      ¿Monocromática, así es la realidad? Si la respuesta a esta interrogante es afirmativa, entonces, para que desgastarse en analizar y discernir. En México hay grupos de poder que corrompen a las instituciones y se sirven de ellas marcando desigualdades sociales, esto es una realidad. Pero, me resisto a creer en verdades absolutas. ¿A cuenta de qué vienen estas acotaciones?
        Pues, a la guerra declarada entre diferentes medios de comunicación. Donde se nos presentan  dos frentes: los “buenos” y los “malos”. En el primer bando, tenemos al  periodismo libre que encabeza Grupo Reforma, la Revista Proceso y Carmen Aristegui vs Grupo Televisa como oponentes. Los primeros se han encargado de revelar los privilegios de la televisora, que se han potencializado en el llamado Sexenio Televisa, a partir del año 2006, donde este medio de comunicación desempeño un papel de relevancia en las controvertidas elecciones presidenciales en el llamado fraude electoral o mejor conocido como “complot” o guerra sucia hacia AMLO.
           El periodismo libre ha ido en acenso mostrando un análisis crítico. Televisa por su parte ha esperado paciente la ocasión de relevar puntos débiles de sus antagonistas mostrando que no todo es perfecto en ellos. Así la Televisora expuso hace algunos meses los anuncios clasificados del periódico Reforma, que promueven el sexo servicio y con ello la trata de  blancas y la pornografía. En esta batalla las reacciones no se hicieron esperar, se cerraron filas para defender a la publicación entre ellas, Aristegui, se pronuncio a favor del periódico a través de una columna titulada  “Televisa contra Reforma” donde  señala  que Televisa inició una campaña de linchamiento en contra de la publicación. La televisora contesto a Carmen por medio de una carta replica, lo siguiente:

¿Te sorprende que en nuestros reportajes nos enfoquemos en Grupo Reforma y dejemos de lado otros medios? Basta señalar que cada medio de comunicación decide qué es lo más periodístico de una noticia y lo resalta. En muchas informaciones que involucran a Televisa junto con otros medios, actores o empresas, el propio Grupo Reforma y tú se concentran sólo en Televisa.1
        El asunto no llego a mayores, hasta que “la embestida contra la revista Proceso, orquestada por el gobierno federal en contubernio con Televisa, y las filtraciones de Wikileaks, entre otros temas, fueron abordados por la periodista Carmen Aristegui”- en palabras de La Redacción  de la Revista Proceso.2
          La “embestida” se dio cuando Joaquín López-Dóriga presentó en su noticiero la información de que un jefe del crimen organizado con el alias de  "El Grande" en su papel de testigo protegido de la PGR, afirmó que soborno  a  un reportero de la revista para acallar información. López-Dóriga apuntó  que, respecto al manejo de que Televisa acusó a Proceso es falso. El periodista señala que la televisora no acusa, sino que dio a conocer la versión de un testigo protegido, "método que Proceso ha hecho suyo y utilizado como recurso periodístico a lo largo de años" .3
          El problema, que se percibe es la objetividad. Mas allá de las contiendas mediáticas hay hechos no solo linchamientos o embestidas. En el primer caso, los anuncios sexuales fueron publicados.  El periódico Reforma no puede darse “baños de pureza” ante estos acontecimientos.  Y en la segunda temática, Televisa no afirma el soborno, solo presenta lo dicho por “El Grande”. La Revista Proceso, es una publicación de prestigio, en ella escriben lideres de opinión, pero sucumbió en una paradoja, si es valida la declaración de testigos o informantes, entonces lo dicho por “El Grande” tiene sentido, sino, algunos artículos de la misma revista son sensacionalistas. 
          La conclusión es que, imprescindiblemente se tiene que trabajar una nota que proviene de dudosa procedencia, en aras de validar la información. En el caso de Noticieros Televisa, por supuesto, que participa en el mismo juego, que sentencia de la revista Proceso.
         En este espacio admiramos el trabajo de Aristegui, pero cuando se trata de Televisa, Carmen pierde a veces objetividad. Es fuerte lo que digo, pero me pregunto si “El Grande” hubiera declarado en contra de un miembro de Televisa, ¿Carmen no hubiera publicado esta noticia? No lo creo, recuerdo cuando el dueño del Bar-Bar en el caso Cabañas acusaba a Televisa de desprestigiar al bar, diciendo que se vendían drogas y de  truquear videos. Aristegui, le dio al propietario del antro tres programas para que se explayara en contra de Televisa, tiempo después detuvieron al contador del JJ, que dio fe de tales actos ilícitos dentro del bar y de la relación estrecha entre el antro, el JJ y hasta del mismo jugador victimado. Con esto quiero decir, de verdad esto se válida como “periodismo libre” y responsable, por quien lo presenta. ¿En unos siempre será  periodismo libre y en otros embestidas?, ¿quién dice cuando es periodismo auténtico?,  ¿Aristegui, hubiera cedido su espacio para que el dueño del Bar-Bar hablara en contra del periódico Reforma, en pro de la verdad, por ejemplo?
         En el afán de vencer a Goliat nuestro David, se transmuta. ¿Para luchar contra un moustro tienes que convertirte en uno?, ¿David siempre tiene la razón, representa la pureza del blanco y su oponente es la fuerza obscura, el negro que todo lo pierde, lo absorbe y lo hace suyo?
          Creo que hay una predisposición a los contrarios, hay bandos, se protege a los tuyos, porque se sabe te protegen. Pero ¿hay verdades imparciales?
        Quiero enfatizar que no defiendo a Televisa, que tiene privilegios y conforma un duopolio castrante. Carmen Aristegui, es una mujer aguerrida, que una y otra vez ha tenido que luchar contra corriente. Pero al final de día, hay una línea muy delgada que tal vez se pueda perder, confió en el periodismo libre que representa Aristegui, pero advierto peligro si solo se quiere vencer al contrincante descalificando con palabras como “embestida” o “linchamiento”. Confió en mi David, va ganar, pero con sustentos, ¡ojos bien abiertos!.
           ¿Hay monocromáticos? No me lo creo. Pienso en una gama de tonalidades que impregnan mi realidad.


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